Accidente de la planta química brenntag en Caldas de Reis

La planta química de brenntag en Caldas de Reis se dedicaba a la distribución de productos químicos para todo tipo de empresas desde industria farmacéutica, alimentaria hasta la construcción.
El 1 de setiembre de 2004 sobre las dos de la tarde brenntag comenzó a arder. El fuego y los gases causaron una gran nube negra, que aconsejó a los vecinos "escapar como fuera". Su instinto de supervivencia tenía razón. Esa masa desconocida y amenazante estaba, efectivamente, cargada de sustancias tóxicas como el tolueno, producto cancerígeno donde los haya.

Las primeras conclusiones sobre las causas del accidente muestran que se habría producido a consecuencia de la 'electricidad estática' y las 'elevadas temperaturas', en el momento en que se procedía a trasladar tolueno, un disolvente altamente inflamable, desde una cisterna de grandes dimensiones a contenedores más pequeños de unos mil litros.

La empresa química Brenntag acababa de instalar en 2005 en la nave de Caldas de Reis un "moderno" dispositivo antiincendios por valor de 500.000 euros, a lo que sumó una "importante" inversión para adaptar "al 100%" estas instalaciones a la última normativa en materia de seguridad.
La nueva unidad contra incendios de la empresa actuó con rapidez y procedió a las tareas de extinción, pero 'no fue suficiente ante la magnitud' del accidente, por lo que la firma pidió ayuda exterior.Bomberos de diversas localidades de la zona acudieron entonces a la planta química para tratar de apagar las llamas, ante el temor de que se pudiera propagar a otras naves industriales vecinas.Las autoridades decidieron, de manera preventiva, evacuar a tres personas residentes en dos viviendas próximas, desalojar otras naves industriales de la zona y alertaron a la población cercana que cerrara puertas y ventanas para evitar respirar el humo tóxico.Pocas horas después, la Xunta aconsejó a la población de la zona evitar el consumo de agua debido a la contaminación del río Umia.

Los productos almacenados se consumieron en su práctica totalidad debido a las altas temperaturas alcanzadas durante el incendio. Sin embargo, el agua utilizada para extinguir el incendio, contaminada con productos, alcanzó la corriente del río Umia.
Debido a este vertido, un tramo del río colindante a las instalaciones se ha visto contaminado con productos químicos y se tiño de un nada aconsejable azul turquesa debido a lo cual murieron miles de peces.

Brenntag lamentó profundamente el incidente, e independientemente de la cuestión sobre la responsabilidad en el mismo, tuvo un papel activo en la eventual recuperación de dicho tramo.
Gracias a la respuesta oportuna y profesional de los servicios de lucha antiincendios y de los propios empleados de Brenntag, fue posible prevenir más contaminación en el río. Mediante la construcción de una serie de diques, el agua contaminada se canalizaba hacia dos balsas donde era sometida a un proceso de purificación en tres fases, en el que se utilizó carbón activo, oxígeno y filtros de arena.Tras el tratamiento y a la subsiguiente inspección para verificar que la calidad del agua es aceptable, el agua será devuelta al río. Para respaldar esta medida, Brenntag Química ha desplazado, en camiones, a Caldas de Reis, desde Valencia y Sevilla, cerca de 40 toneladas de carbón activo.

La empresa desplazó a expertos de otras plantas de Sevilla, donde tiene su sede en España, y de Valencia, donde dispone de instalaciones, para tratar de hacer frente al problema.
Expertos afirman que la mancha desaparecerá en dos o tres días.
Los análisis de aire realizados esos días indicaban que no había contaminación. Él único problema era el agua que 7 días después ya estaba limpia y apta para el consumo.


Hoy en día el cauce presenta una importante recuperación, pero la Justicia todavía no se ha pronunciado sobre el incidente.
La Xunta reclama a la multinacional alemana 8 millones de euros por los gastos del operativo tras el incendio y posterior vertido. Una de las actuaciones más destacadas fue la construcción de una conducción alternativa de 17 kilómetros entre Caldas y Ponte Baión para garantizar el abastecimiento a la comarca de O Salnés.
Tras la crisis de Brenntag la Consellería de Medio Ambiente puso en marcha un plan de control de vertidos en el que se presta especial atención al río Umia.
Las primeras inspecciones del plan de control se realizaron en septiembre del 2007 y abarcaron todo el cauce. Según datos oficiales, el Umia soporta todavía 22 puntos de vertido susceptibles de producir contaminación, 14 autorizados y 8 no permitidos. Un informe encargado por la Diputación y presentado el 3 de julio del 2006 ofrecía un panorama mucho más negro al cifrar en 175 los puntos de vertido.
De esos 8 focos no autorizados, 3 pertenecen a empresas y 5 a aguas residuales urbanas procedentes de dos viviendas y un aliviadero de un pozo de bombeo. Diez puntos de vertido se realizan por infiltración en el terreno, siendo 7 de ellos de aguas fecales provenientes de fosas sépticas de empresas ubicadas en la margen del Umia. También se constató una explotación deficiente de algunas depuradoras de aguas residuales urbanas.
Para acabar con esta situación Medio Ambiente adoptó medidas administrativas como apercibimientos y expedientes sancionadores a las empresas y requerimientos a los concellos.

Este es el trabajo que hicimos Aida y yo para seguridad química para que le echéis un vistazo y opinéis.